DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019 |
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La existencia de grandes empresas tecnológicas en una región genera un efecto “halo” que promueve la creación de empresas innovadoras en su entorno. Existen numerosos ejemplos que muestran este impacto como el caso de Dresden (Alemania), donde se instalaron compañías como Infineon y AMD en 1997 y 1999 respectivamente. Tras estas incorporaciones, el número de empresas en la región se duplicó en los siguientes 3 años, y las patentes presentadas por empresas de la zona pasaron a crecer a un ritmo del 41% anual (desde el 12% anterior).