LUNES, 15 DE AGOSTO DE 2022 |
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La crisis del euro a la que se ha llegado por una serie de acontecimientos que han venido afectando negativamente, desde principios del año 2010, a los 17 estados miembros de la UE que conforman la Eurozona, está poniendo contra las cuerdas a Europa y poniendo en peligro su futuro, sin que parezca que las instituciones comunitarias sean capaces de desarrollar los mecanismos suficientes y la agilidad necesaria como para resolver todos esos problemas.
Urge que Europa y sus miembros asuman un compromiso de futuro con los cientos de millones de ciudadanos europeos que estamos embarcados en una tarea común, y para ello los países miembros -no solo Alemania- deben modificar comportamientos y actitudes y abandonar principios inamovibles que se han demostrado incapaces de resolver los problemas.
Hasta ahora su lentitud de movimientos y los intereses particulares han primado sobre el conjunto y ello solo se cambia innovando o reinventando mecanismos que se han demostrado especialmente inútiles para los tiempos que corren